viernes, 10 de diciembre de 2010

it's always better when we're together

Parte Cinco

Dos días después de aquella noche perfecta, pero que a la vez me complicó la vida, decidí que iría a su casa a hablar bien, como personas maduras, y arreglar que haríamos con esto. Fui en bicicleta hasta su casa, ya que quedaba a solo manzanas de la mía.

Me encontré tocando el timbre de una imponente reja, que al lado de ella me sentí completamente insignificante. Salió a abrirme una chica alta, de piernas extensas y musculosas, pelo largo y castaño. Miraba para abajo buscando en el manojo de llaves que traía la llave correcta para abrirme. Levantó la vista para ver quien se encontraba del otro lado. Pude apreciar sus magníficos ojos color azul océano. Al verme, me regaló una sonrisa blanca y radiante, y todavía en su camino hacia el portón me dirigió un juvenil

-Heeey! –Dijo, por fin abriendo la puerta- Pasa.

Era Miley Cyrus. La gran Miley. Vestía shorts desflequados, un solero blanco y suecos color suela con algo de taco.

-Dios mío –Dije incrédula. Sí, después de besar a Nick Jonas, seguía sorprendiéndome. La tenía enfrente, estaba desesperada, quería abrazarla. Pero me comporté, solo para no espantarla. Parpadeé algo avergonzada y me disculpé. Ella solo sonreía. –Perdón, yo… -Me invadió una necesidad de saber porque me estaba dejando pasar con tanta seguridad y confianza- Eh, ¿Sabés quien soy?

-Si, Nick me habló de vos, suponía que ibas a venir. –Ella cerró la reja a mis espaldas y comenzamos a caminar hacia la gran casa- En realidad él ahora no esta, salió a trabajar.

-Ah entonces, no te quiero molestar, no… -Me paré, y terminé la frase gesticulando preparada para dirigirme a la salida devuelta -

-Te quería invitar a que te quedes, me aburro, estoy en la casa de Nick de visita, pero se fue y estoy sola… Tal vez podríamos hacer algo divertido, pero si no tenés ganas, todo bien. –Esperó mi decisión-

-En realidad me encantaría quedarme. –Le respondí con una sonrisa, reanudando la marcha-

-Genial.

Miley superaba todas mis expectativas. Ella era, indescriptible, la mejor. Era una buena persona pero sin dejar de ser divertida. Nos pasamos la tarde hablando, ella me contaba de sus tareas, yo le hablé un poco de mi monótona –hasta la llegada de Nick, pero obvié esa parte- vida, Miley me contó de sus amigas, chicos. Y como toda mujer, también criticamos a medio mundo de la farándula, ella seguramente con más fundamentos que yo. Sacamos fotos y estuvimos todo el día riéndonos como si nos conociéramos de toda la vida.

Ya se había hecho de noche cuando estábamos grabando un video en la habitación de Nick –Todo estaba invadido con su perfume, y él o quien quiera que haya decorado todo había tenido un gusto exquisito- con su computadora Mac, y sonó el timbre. Miley bajó a abrir y seguí enfrente de la cámara bailando y riéndome sola. Al ver que Miley tardaba, me asomé la baranda de las largas escaleras de madera para ver que pasaba, y vi que Nick había llegado. Se estaban besando contra una pared, ella tenía las manos enterradas en sus suaves bucles y el tenía las manos posadas en su cintura. Sonreí, pero por dentro sentía una extraña sensación que no tendría que estar sintiendo. Estaba mal sentir celos.

El, mientras seguía besándola, abrió los ojos y al mirar para arriba me vio asomada. Sentí algo de vergüenza por estar espiando, pero el avergonzado fue el. Se puso colorado y se separó de Miley.

-Faith! –Exclamó, era una mezcla de incredulidad, ingenuidad y pude notar algo de ira- Que haces aquí?

Me apresuré a bajar las escaleras para estar al mismo nivel que ellos. Miley se dio vuelta y le explicó rápidamente.

-Ah, es que Faith vino a buscarte y nada, estuvimos juntas todo el día –Dio unos graciosos pasitos chiquitos hasta acercarse a mí y abrazarme- No te preocupes igual, lo pasamos re bien. Después te muestro los videos –Miley me miró, y acordándonos de algunas de las estupideces que hicimos estallamos en risotadas-

Nick nos miraba perplejo.

Más tarde, a la noche, llegaron los hermanos de Nick, Joe y Kevin. Nunca hubiera soñado, en la vida, que iba a estar en la casa de Nick Jonas con sus hermanos y Miley Cyrus todos juntos. Nunca.

Los chicos eran lo más agradable que podía existir. Joe, que no paraba de hacer chistes y tomarse todo en broma, hacía que tu corazón vaya a mil cuando te sonreía con su sonrisa tierna de nene chiquito. Kevin, se reía más sumiso de todo lo que decíamos, pero cuando decía algo era de esas cosas que marcan la noche y quedan como frase que se recuerdan en las reuniones de años más adelante. Él era de ese tipo de personas. Sus ojos de color raro, algo así como verde oscuro, o un pardo profundo, sus pecas, y su sonrisa de costado eran un sueño hecho realidad.

Cenamos todos juntos en la amplia cocina de Nick. Este se mostró distante, tanto con Miley como conmigo. Me senté entre él y Kevin, y no podía parar de reírme. No podía tragar el pollo a la parrilla que estábamos comiendo de la risa incontenible. Se suponía que debía ser la situación más incomoda que jamás había vivido, pero estaba siendo todo tan natural, que en vez de ser algo torpe, fue una velada divertidísima, al parecer excepto para Nick. Sonreía pero que no estaba tan alegre como todos nosotros. Había una cosa en ojos me decía que algo estaba maquinando dentro de su cabeza.


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