lunes, 27 de diciembre de 2010

it's always better when we're together

Parte Nueve

Después de esta especie de oasis, todo volvía a la normalidad. Después de la canción, de los besos, de amarnos, volvíamos a nada. A que Nick prácticamente me ignore y tener contacto tanto verbal como físico nulo. Estaba harta de seguir así.

Una noche que estaba de visita en lo de Miley, encontré una carta que ella le había escrito a Nick, y aparentemente todavía no se la había dado todavía. Esta estaba escrita con una letra femenina y juvenil sobre un fino papel blanco, como el de impresora.
Las primeras líneas rezaban –“Desde lo más profundo de mi alma, te digo que te amo. Sos lo más importante que tengo, mi primer amor y también quiero que seas el único. Sabes lo difícil que es para mí confiar en alguien, pero yo creo en vos, ciegamente. Se que siempre vas a estar ahí para mi. Gracias por hacerme sentir amada, necesitada. Sos mi ángel, Nick…”- no resistí leer más. Doblé la hoja tal cual estaba con las lágrimas brotando de mis ojos.
Yo, y solo yo era la culpable de estar arruinando el amor tan puro que vivían. Me sentía terrible, una basura. Amaba a Nick con locura, lo que sentía por él era fuego que me quemaba por dentro, pero también dentro de mi estaba el fuego de la culpa y el aborrecimiento a mi misma. Que quemaba igual o peor.

Me levanté del piso de la habitación de Miley donde estaba sentada. Me enjuagué la cara en el baño que estaba en suit con su dormitorio, tomé mi bolso y bajé las escaleras rápidamente. Miley estaba en la cocina con su hermana preparando licuados para nosotras, en la pijamada que teníamos planeada para esta noche.

-Chicas –Hablé fuerte para que mi voz, algo débil por la pena, se escuche por encima del ruidoso electrodoméstico- me tengo que ir. Perdón.

-Qué pasó? –Miley apagó la licuadora y se acercó a mí- Faith, no llores, que pasa?

Miley me abrazó mientras las lágrimas salían a borbotones.

-Faith, te podemos ayudar? –Preguntó amablemente Brandi

-No, gracias –Las miré a los ojos y sacudí mi cabeza- pero enserio me tengo que ir. Te llamo después, Miles.

-Cuidate, Faithy te quiero. –Se despidió Miley, y me alejé de la casa corriendo. Me tomé un taxi para llegar a la mía, y traté con todas mis fuerzas de no romper en llanto ahí mismo y espantar al conductor.

Me tiré en mi cama, con el corazón mareado y desmigajado. Estuve recostada ahí un tiempo largo, el suficiente como para decidir que tendría que hacer.

Quería a Miley demasiado como para traicionarla. Estaba profundamente enamorada de Nick, pero era una relación imposible, platónica. Por mucho que lo amara –Y sí que lo hacía, con toda mi alma- y por mucho que quisiera que él y Miley estén juntos y felices, me dolía estar con un hombre que me amaba, pero que también estaba enamorado locamente de otra mujer.

Algo tenía que cambiar. Yo tenía que dejar de ser el obstáculo, un objeto molesto. Yo tenía que dejar de ser la basura que traicionaba a la chica que ahora era una de mis mejores amigas. E iba a hacer algo al respecto. Si. Iba a empezar de nuevo, por muy infeliz que me haga.

El mejor comienzo: Iba a llamar a Kevin.

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