martes, 28 de diciembre de 2010

it's always better when we're together

Parte Diez

Estábamos en un pequeño restaurant con luz tenue el sábado siguiente al día que le sugerí que sería bueno que salgamos. Kevin era ese tipo de personas de las que no te cansas, tenía un humor increíble –Me recordaba mucho a su hermano- y era hermoso físicamente. Tenía unos rulos cortos desprolijos marrones oscuros, sus ojos seguían tan pardos y extraños como siempre. Vestía una campera de cuero marrón sobre una chomba blanca que resaltaba los músculos de sus brazos y jeans negros. Era informal, pero él todo lo llevaba de manera elegante.

Le conté la pelea con mis amigas, que además de lo de Nick –que obviamente, no dije nada sobre eso- era algo que me tenía de bajo ánimo. Ya ninguna me hablaba, y cuando salimos para arreglar las cosas yo estaba tan triste e introvertida en mi mundo que no participé de ninguna conversación. Al contarle lo mucho que me entristecía lo que estaba pasando, algunas lágrimas se me escaparon sin poder contenerlas.

-No! –Se levantó de su silla para acercarse a mí y abrazarme- Faith, no llores.

Como siempre me pasa, cuando me abraza al llorar, rompo en llanto mil veces peor. Kevin me apretó más fuerte.

-Me siento sola –Murmuré contra su brazo, cubierto con su campera, que emanaba un olor a cuero tan rico que me mareaba- Si no fuera por Miley no…

-Faith, tus amigas ya se van a dar cuenta de que les seguís importando –Me interrumpió- Van a volver a estar juntas, acá no se trata de reemplazar a nadie. No vas a estar toda tu vida con ellas privándote de conocer gente nueva.

Corrió mi cabeza para que quedáramos frente a frente, todavía abrazados.

-Y por favor no te sientas sola. Porque no lo estas. Sos una persona increíble y sabes que yo, sobretodo, y mis hermanos, Miley, todos, te queremos muchísimo. –Me sonrió para infundirme valor- Sí?

Le correspondí la sonrisa. Él pagó y nos retiramos del restaurant abrazados; el me pasó el brazo por mi cadera y yo puse el mío en lo alto de su espalda. Olvidé los temas serios por los que debía llorar y decidí entregarme a la risa. Nos pasamos dando vueltas por Los Ángeles con Kevin hasta altas horas de la noche. Él era definitivamente increíble.

Tarde en la noche del lunes, mi teléfono sonó, y atendí riendo pensando que era Kevin, ya que habíamos colgado hace unos minutos. Otra voz me respondió y me sorprendió.

-Nick?

-Faith, puedo pasar a verte?

-No Nick.

Para qué? Para seguir confundiéndome –En realidad no estaba confundida, yo sabía muy bien de quien estaba enamorada locamente- y seguir dificultando de mi plan ‘olvidarse de Nick Jonas’? No. Me moría de ganas de verlo. Pero no.

-Porque?

Pensé una excusa y dije lo primero que se me vino a la mente.

-No estoy en casa.

-Ya sé que estas, puedo ver tu sombra por la ventana.

Mierda.

-Eh? Como…? –Me asomé al balcón y lo vi hablando desde su auto que estaba estacionado en la vereda de enfrente. Cuando me vio me saludó tontamente sacudiendo su mano.

-Ya veo… Bueno… un rato –Dudé- Ahora te bajo a abrir.

Colgué y me saqué los trapos que tenía puestos para ponerme algo más decente. Bajé las escaleras a paso vivo y abrí la puerta algo atropellada. Él estaba sentado en el umbral de mi puerta, mirando al cielo. Al escuchar el ruido que hice al llegar se dio vuelta

-Desesperada por verme, eh? –Bromeó él, y mientras se reía se paró, me iba a abrazar. Tenía puesto un gorro de los Yankees y la remera blanca de siempre.
Le puse un puño en el pecho para que no siga.

-En realidad, no. –Saqué mi mano de su musculoso pecho- A que venías?

-Que…? –Iba a preguntar Nick confundido, hizo un gesto con sus manos tratando de mostrar inocencia.

-No me vas a preguntar que me pasa, no? –Dije cerrando la puerta detrás de él- No entiendo a que estas jugando, Nick. A vos te tendría que preguntar yo que te pasa.

-No sé de que me hablas.

-No sabes? –Empecé a levantar el tono de voz- Claro. No sabés. Deja de jugar conmigo. Te amo Nick, entendelo, te amo –Ya tenía que llorar. Que idiota. En un esfuerzo en vano por disimularlas, seguí con mi discurso- Y yo como una tarada me creo todo lo que me decís. Me lo tomo enserio. Creo en nosotros. Y después de seguir enamorándome, te vas, no aparecés nunca más y volves cuando tenes ganas. Así no es.

Me dejé caer en el piso. Nadie habló por unos minutos, hasta que él rompió el silencio.

-Faith, vos sabés que me importas enserio y que estoy enamorado de vos. Y te amo –Se sentó al lado mío, en el parquét del hall de entrada de mi casa.- No sos una tarada por creerte todo lo que te digo porque es la verdad. No mentí en nada de lo que te dije.

Levantó mi mentón con un dedo hasta quedar enfrentados. Acercó su cara y yo me quedé inmóvil mirándolo. La situación me tenía aturdida y su perfume me embriagaba. Nuestros labios se entrelazaban, y yo le seguí el juego hasta que me envaré y me separé de él, empujándolo nuevamente en el pecho.

-Así no se arreglan las cosas. Siempre terminas besándome y terminamos como una pareja felíz cuando no somos ni una pareja ni yo por lo menos estoy feliz.

Me paré y él al seguir sentado, lo miré desde arriba y le espeté

-Algo en mí me dice que no me mentís, sé que algo me queres. Pero…

-Te amo –Me corrigió, interrumpiéndome.

-Callate –Quise hacerme la enojada pero no pude esconder una sonrisa- Nick, me amarás, pero no puede ser que te importe tan poco, quiero decir, pasan meses y ni siquiera me llamas. Salimos y no me abrazas, como si no hubiera nada entre nosotros.

Hice silencio, pero al instante continué.

-Sé que dije que no quería que estemos juntos, por Miley… -Me lamenté para mis adentros- pero no parece ser tan difícil para vos como para mí. Yo lloro todos los días, no te puedo sacar de la cabeza. No puedo, te juro que estoy intentando, pero no puedo.

Nos quedamos mirándonos fijo, a los ojos, un buen rato, hasta que el corrió la mirada, y parándose dijo

-Basta.

-Basta que?

-Que voy a ser sincero. –Caminó hasta el sillón, se sentó y me invitó a tomar asiento a su lado. Al sentarme, prosiguió- “Desaparezco” –Hizo el signo de comillas con las manos- y vuelvo, porque, cuando desaparezco, me debato a mi mismo que hacer. Si renunciar a vos y dejar todo como esta, seguir mi vida con Miley…

Me miró con cautelosamente

-O dejarla, y estar con vos. Lo mismo de siempre. Pero esta ese problema de que vos, bueno… esa locura que tenes de que no queres romper el amor que tenemos Miley y yo porque nos amas juntos –Hizo un gesto de que estoy loca, y nos reímos- y, bueno, que no queres hacerle esto a Miley, que ahora son amigas…

-Y cuando vuelvo, es para ver si me seguís queriendo.

-Te voy a querer siempre, ya lo sabes.

-Para toda la vida? –Me agarró la mano.

-Para toda la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario